lunes, 27 de marzo de 2017

Terminator 2: el juicio final

Sarah. Lo siento, no lo lograste. Las máquinas vencieron. A pesar de tu intento de destruir Skynet, ellas se salieron con la suya y ahora dominan el mundo. 

No nos matan ni intentan aniquilar la raza humana. Han sido más inteligentes de lo que tú previste y sobre todo más astutas. Me bombardean a diario con las fechas de cumpleaños de mis conocidos y amigos y me obligan a felicitarlos cuando antes solo lo hacía a los más íntimos, familia y para de contar.

Me presionan para desear una feliz navidad y un maravilloso año nuevo a todo bicho viviente, cuando antes solo enviaba un par de felicitaciones en papel por correo en un sobre al que se le pegaba un sello -¿lo recuerdas?- y para de contar.

Me coaccionan a seguir con todo lujo de detalle las vacaciones, viajes y vida súper feliz de mis amigos y conocidos, cuando antes solo sabía la de aquellos que me encontraba de forma casual en la calle y para de contar.

La gente se escandaliza porque las máquinas deciden el ganador de un concurso de talentos en televisión, cuando antes han decidido el nombre del presidente de los Estados Unidos.

Me obligan a estar conectado al correo electrónico, cuando antes me podía olvidar del trabajo una vez escapaba de él el viernes y ya no miro la tele con la misma ingenuidad de pequeño, cuando veía los Chiripitifláuticos o el Un, dos, tres responda otra vez, pues según uno de los últimos de la resistencia que ha luchado con tu hijo, y que se esconde en una embajada, a través de sus pantallas nos espían si vamos en calzoncillos por el comedor.

No obstante, Sarah, en algo erraste. No han tomado la forma de terminators con aspecto humano en su exterior y cyborgs inteligentes y despiadados en su interior. Son más pequeños, algunos más pequeños que una mano y forman parte de nuestras familias. Y son un ejército. Millones que han entrado en nuestra casa y nos dominan. No se llaman T-800, T-1000 o T-X como los que querían “terminar” contigo o tu hijo. Se les conoce como S-7, P-10 o I-7.

Tranquila. No viajarán al pasado para matarte antes de que concibas a tu hijo. Siento decirte que tu hijo John Connor ha sido capturado. No hace mucho me lo encontré en la cola del Mobile World Congress de Barcelona, interesándose por los coches manejados por internet que decidirán ellos el trayecto y los móviles controlados por voz.

El mismo de la embajada me dijo que lo vio después peregrinar sin rumbo entusiasmado cuando supo que se discutía sustituir a los árbitros de fútbol por tecnología digital, para acabar con los goles mal anulados y los penaltis inexistentes.

No le guardes rencor a tu hijo, Sarah. Quizá el fútbol pierda su esencia pero anímate pensando que tal vez la inteligencia artificial acabará con lo que ni es artificial y menos inteligente, y dejemos de sufrir errores de la raza humana como Estudio Estadio o El Chiringuito de Jugones.

Quizá las máquinas nos hagan un favor.

Terminator 2: el juicio final. Arnold Schwarzenegger, Linda Hamilton
Año 1991. Director: James Cameron
Carolco Pictures

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